miércoles, 5 de marzo de 2014

RIMA XXV.


Esta poesía escrita por Gustavo Adolfo Bécquer trata sobre el amor que un hombre es capaz de darle a su amada y sobre todas las cosas que éste es capaz de dar por ella. Nos hace entender el significado de esta poesía  gracias  a algunos recursos expresivos como pueden ser la comparación, la metáfora, la aliteración, los hipérbatos o el paralelismo.


En este fragmento se habla sobre el deseo que posee el hombre por darle amor a su amada y por conseguir conectar con ella de todas las maneras posibles. El poeta exalta al receptor del texto colocándolo por encima de todo, algo que desde mi punto de vista es un poco exagerado. Como se suele decir, todos los excesos son malos, y ni es bueno no amar, ni situar a una persona por encima de todas tus prioridades, Creo que todo el mundo debería amar y ser amado, pero hasta un cierto punto. No podemos dejar que el amor tome todas las riendas de nuestra vida y para nosotros sea el centro del universo, ya que de ser así, todos acabaríamos suicidándonos por no poder estar con la persona a la que amamos. Creo que la felicidad es algo que no debe depender de ninguna persona u objeto externo a ti, sino que la felicidad es algo que debemos encojtrar contigo. Una vez que nos haga feliz todo lo que somos y que aprendamos a querernos tal y como somos, seremos felices, y una vez que seamos felices no nos hará falta de depender de nadie ni hacer que el centro de tu vida sea una persona que en cualquier momento pueda hacernos daño. No podemos estancarnos en una persona y no ver más que eso. Cuando unas puertas se cierran, otras se abren, pero algunas veces nos quedamos tan absortos mirando aquella puerta que se cerró que somos incapaces de ver aquella que está abierta. Nada es tan importante en esta vida para que capte toda nuestra atención y nos dé o quite ganas de hacer lo que queramos hacer. Tenemos que ser como queramos ser y llegar hasta donde queramos llegar sin importarnos lo que otras personas puedan pensar. Opino que lo único que deberíamos colocar por encima de todo sería a nosotros mismos, ya que las personas y los sentimientos de éstas pueden cambiar, pero nosotros siempre seguiremos siendo nosotros, así que deberíamos tomar tiempo para querernos y encontrar eso que nos haga feliz en nuestra forma de ser, y quizás así seamos capaces de ser incluso más felices que compartiendo ese amor con la persona a la que amamos.

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