miércoles, 5 de marzo de 2014

EL MONTE DE LAS ÁNIMAS.


“El monte de las ánimas” es una leyenda perteneciente al libro que escribió Gustavo Adolfo Bécquer entre los años 1858 y 1864 y que decidió llamar “Rimas y leyendas”. Este escritor ha repercutido profundamente en el romanticismo, un movimiento literario cuyas características principales eran: el incumplimiento de las normas por parte de la sociedad, que no las aprobaba; la evasión en el tiempo y el espacio; el comienzo del nacionalismo; la exaltación del alma del autor y por último, la libertad con la que expresaban sus sentimientos.
El tema de esta leyenda podría ser el amor no correspondido y lo que se es capaz de llegar a hacer a causa de él. En ella nos narran la historia de amor entre Alonso y Beatriz en una ciudad de España (particularmente en Soria) en el día de los difuntos. La leyenda comienza a ser narrada por Alonso. Al parecer, el monte de las ánimas en el que se basa este fragmento pertenecía a los Templarios (unos guerreros que al mismo tiempo eran religiosos). Cuando los árabes fueron expulsados de Soria, el Rey los hizo venir para defender la ciudad, lo que ofendió a los nobles de Castilla y se creó rivalidad entre ellos. De esta manera se inició una batalla hasta que el rey finalizó la lucha; el monte fue abandonado y en la capilla de los religiosos fueron enterrados los cuerpos de unos y otros.  Cuenta la leyenda que cuando llega la noche de los difuntos las almas de los muertos se pasean por el monte donde una vez vivieron. Una vez en casa de los Condes, sólo los primos estaban ajenos a esta conversación, hasta que Alonso decidió romper el silencio para decirle a su prima que, debido a que ella se separará de él próximamente, le gustaría hacerle un regalo para que le tuviera siempre presente. Después de insistir mucho, la joven acepta una joya. Su primo a cambio le pidió que le correspondiese con un regalo suyo. Beatriz estuvo se conformó y le explicó que en el Monte de las Ánimas perdió una vez una banda azul, y que eso era todo lo que deseaba regalarle. Alonso nada más pensar en lo que supondría atravesar el monte de las ánimas en un día como aquel sintió mucho miedo a pesar de la valentía que solía mostrar día tras día, no obstante, decidió tragarse su orgullo y se dirigió decisivamente a recuperar la banda perdida para así satisfacer el deseo de la bella muchacha. Tras este suceso pasaron las horas y Beatriz decidió irse a dormir. Al poco tiempo se desveló al creer oír su nombre en una pesadilla. Al despertarse no pudo volver a conciliar el sueño, así que decidió ponerse a rezar muy asustada.  Cuando amaneció vio su banda azul ensangrentada y desgarrada en su mesita de noche. Beatriz se quedó petrificada, no podía creer que aquello fuese real. Más tarde fueron a avisarla sus sirvientes de una triste noticia: Alonso había sido devorado por los lobos del monte, pero la encontraron muerta de horror e inerte. Dicen que después de este suceso, un cazador tuvo que permanecer una noche dentro del monte de las ánimas, y que antes de morir pudo contar que vio los esqueletos de los antiguos Templarios y de los nobles sorianos enterrados en la capilla levantarse, y además, pudo ver también como una mujer hermosa desmelenada, con los pies ensangrentados daba vueltas alrededor de la tumba de Alonso.
En este pequeño relato se manifiestan casi todas estas características del romanticismo: se puede ver claramente el nacionalismo reflejado en la misma leyenda, ya que las leyendas forman parte de la cultura general de determinados países o ciudades (en este caso, Soria). También podemos observar cómo los personajes son guiados por sus sentimientos en lugar de por la razón. Los personajes también se oponen a las normas cuando deciden ir al monte de las ánimas la noche de difuntos (algo que estaba prohibido). Bécquer nos hace evadirnos en el espacio a través de la imaginación, lo sobrenatural y la fantasía. Es una forma de escapar de la realidad en la que vive ya que no está de acuerdo con la forma de vivirla. También nos evade en el tiempo ya que la leyenda nos lleva a la Edad Media (una de las épocas preferidas de los románticos).

Desde mi punto de vista, Bécquer ha conseguido transmitir muy bien los sentimientos propios de dicho movimiento literario: el romanticismo. Ha plasmado perfectamente el misterio que quería conseguir sacar de esta leyenda. Ha fundido lo real con lo fantástico, evocándonos así de la realidad que, en aquella época, era muy difícil aceptar. Ha sacado de un corto relato un claro ejemplo de lo que las personas del romanticismo sentían. Además de esto, Gustavo Adolfo ha empleado una sucesión de elementos sintácticos que han proporcionado la preocupación rítmica que el autor quería plasmar. Me ha gustado mucho esta obra y gracias a ella he descubierto que me satisface la forma en la que escribe Bécquer. No estoy de acuerdo con su forma de ver la vida, pero supongo que si me hubiera tocado vivir en aquel entonces lo habría admirado por su forma de plantear la vida y por su forma de vivirla y de ver las cosas. Es una leyenda pesimista en la cual uno de los temas principales es la muerte o el miedo a vivir, y es que, como bien dijo Séneca, la muerte es un castigo para algunos, para otros un regalo, y para muchos un favor.

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