“El
monte de las ánimas” es una leyenda perteneciente al libro que escribió Gustavo
Adolfo Bécquer entre los años 1858 y 1864 y que decidió llamar “Rimas y
leyendas”. Este escritor ha repercutido profundamente en el romanticismo, un
movimiento literario cuyas características principales eran: el incumplimiento
de las normas por parte de la sociedad, que no las aprobaba; la evasión en el
tiempo y el espacio; el comienzo del nacionalismo; la exaltación del alma del
autor y por último, la libertad con la que expresaban sus sentimientos.
El tema de esta leyenda
podría ser el amor no correspondido y lo que se es capaz de llegar a hacer a
causa de él. En ella nos narran la historia de amor entre Alonso y Beatriz en
una ciudad de España (particularmente en Soria) en el día de los difuntos. La
leyenda comienza a ser narrada por Alonso. Al
parecer, el monte de las ánimas en el que se basa este fragmento pertenecía a
los Templarios (unos guerreros que al mismo tiempo eran religiosos). Cuando los
árabes fueron expulsados de Soria, el Rey los hizo venir para defender la
ciudad, lo que ofendió a los nobles de Castilla y se creó rivalidad entre
ellos. De esta manera se inició una batalla hasta que el rey finalizó la lucha;
el monte fue abandonado y en la capilla de los religiosos fueron enterrados los
cuerpos de unos y otros. Cuenta la leyenda que cuando llega la noche de
los difuntos las almas de los muertos se pasean por el monte donde una vez
vivieron. Una vez en casa de los Condes, sólo los primos estaban ajenos a esta
conversación, hasta que Alonso decidió romper el silencio para decirle a su
prima que, debido a que ella se separará de él próximamente, le gustaría
hacerle un regalo para que le tuviera siempre presente. Después de
insistir mucho, la joven acepta una joya. Su primo a cambio le pidió que le
correspondiese con un regalo suyo. Beatriz estuvo se conformó y le explicó
que en el Monte de las Ánimas perdió una vez una banda azul, y que eso era todo
lo que deseaba regalarle. Alonso nada más pensar en lo que supondría
atravesar el monte de las ánimas en un día como aquel sintió mucho miedo a
pesar de la valentía que solía mostrar día tras día, no obstante, decidió
tragarse su orgullo y se dirigió decisivamente a recuperar la banda perdida para
así satisfacer el deseo de la bella muchacha. Tras este suceso pasaron las
horas y Beatriz decidió irse a dormir. Al poco tiempo se desveló al creer oír
su nombre en una pesadilla. Al despertarse no pudo volver a conciliar el sueño,
así que decidió ponerse a rezar muy asustada. Cuando amaneció vio su
banda azul ensangrentada y desgarrada en su mesita de noche. Beatriz se
quedó petrificada, no podía creer que aquello fuese real. Más tarde fueron a avisarla sus sirvientes de
una triste noticia: Alonso había sido devorado por los lobos del monte, pero la
encontraron muerta de horror e inerte. Dicen que después de este suceso,
un cazador tuvo que permanecer una noche dentro del monte de las ánimas, y que
antes de morir pudo contar que vio los esqueletos de los antiguos Templarios y
de los nobles sorianos enterrados en la capilla levantarse, y además, pudo ver
también como una mujer hermosa desmelenada, con los pies ensangrentados daba
vueltas alrededor de la tumba de Alonso.
En
este pequeño relato se manifiestan casi todas estas características del
romanticismo: se puede ver claramente el nacionalismo reflejado en la misma
leyenda, ya que las leyendas forman parte de la cultura general de determinados
países o ciudades (en este caso, Soria). También podemos observar cómo los
personajes son guiados por sus sentimientos en lugar de por la razón. Los
personajes también se oponen a las normas cuando deciden ir al monte de las
ánimas la noche de difuntos (algo que estaba prohibido). Bécquer nos hace evadirnos
en el espacio a través de la imaginación, lo sobrenatural y la fantasía. Es una
forma de escapar de la realidad en la que vive ya que no está de acuerdo con la
forma de vivirla. También nos evade en el tiempo ya que la leyenda nos lleva a
la Edad Media (una de las épocas preferidas de los románticos).
Desde
mi punto de vista, Bécquer ha conseguido transmitir muy bien los sentimientos
propios de dicho movimiento literario: el romanticismo. Ha plasmado
perfectamente el misterio que quería conseguir sacar de esta leyenda. Ha fundido
lo real con lo fantástico, evocándonos así de la realidad que, en aquella
época, era muy difícil aceptar. Ha sacado de un corto relato un claro ejemplo
de lo que las personas del romanticismo sentían. Además de esto, Gustavo Adolfo
ha empleado una sucesión de elementos sintácticos que han proporcionado la
preocupación rítmica que el autor quería plasmar. Me ha gustado mucho esta obra
y gracias a ella he descubierto que me satisface la forma en la que escribe
Bécquer. No estoy de acuerdo con su forma de ver la vida, pero supongo que si
me hubiera tocado vivir en aquel entonces lo habría admirado por su forma de
plantear la vida y por su forma de vivirla y de ver las cosas. Es una leyenda
pesimista en la cual uno de los temas principales es la muerte o el miedo a
vivir, y es que, como bien dijo Séneca, la muerte es un castigo para algunos,
para otros un regalo, y para muchos un favor.
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