miércoles, 15 de enero de 2014

EL BANQUETE DEL AMOR.


El tema de este fragmento de Platón, como bien te comienza a explicar desde la primera frase, es claramente el amor. En este texto los personajes principales son Fredo, un hombre de palabras inmaduras pero al que la filosofía le ha aportado una gran sabiduría; Pausanias, un hombre muy maduro y también filósofo; Erixímaco, que es médico; y Agatón, un poeta que se expresa como tal.
Durante todo el fragmento estos cuatro personajes debaten qué es el amor y buscan una especie de definición para esa palabra. Cada uno elabora su reflexión gracias a los saberes que su profesión les ha aportado con el paso de los años. Por ejemplo, Fredo lo enfoca de un modo más filosófico, mientras que Agatón destaca por su elegancia al expresarse.
Si tuviese que identificarme con alguna de las posturas de estos personajes en cuanto al amor se refieren, me identificaría con Agatón, ya que es el que más se acerca a lo que yo opino respecto ese tema. Aún así no estoy de acuerdo en todo lo que dice.
De Agatón me  gusta la forma tan peculiar que tiene de explicar qué es para él el amor. Comienza diciendo: “El amor es el más venturoso de los dioses; es, pues, de naturaleza divina. ¿Y por qué el más venturoso? Porque es el más hermoso, el más tierno y el más delicado, porque escoge para residencia el alma del hombre, que es lo más delicado y tierno que hay después de los dioses”. Desde mi punto de vista, la reflexión de Agatón tiene su parte de verdad y su parte de mentira. El amor puede ser algo hermoso siempre que sea correspondido. A sus ojos, el amor es de naturaleza divina, el más hermoso, tierno y delicado. Yo opino que el amor es algo complicado pero bonito al mismo tiempo. Todos tenemos algo que nos hace ser queridos por los demás, y aunque parezca que no, eso es algo muy importante. El sentirte querido te da fuerza y felicidad, mientras que si nadie nos quisiese sentiríamos que sobramos en este mundo. El amor en la vida de las personas es algo muy valioso, ya que sin él la mayoría de nosotros no estaríamos aquí. Pero no es importante el hecho de que te quieran muchas personas, sino el hecho de que tú mismo sepas quererte y apreciarte tal y como eres. A veces intentamos complacer a todo el mundo y ser como todo el mundo quiere que seamos para sentirnos queridos, y es ahí donde está el error. Las personas ajenas a nosotros no tienen por qué decidir cómo tenemos que ser para que seamos aceptados por el resto, somos nosotros los que tenemos que querernos tal y como somos para ser feliz.
 Agatón continua diciendo: “También es el más sutil, porque si no no podría, como lo hace, introducirse en todas partes, penetrar en todos los corazones y salir del mismo modo, y el más gracioso, porque jamás va sin la belleza, fiel al viejo adagio de que el amor y la fealdad siempre están en guerra”. No estoy de acuerdo en eso de que sea sutil, ya que el amor en algunas ocasiones llega a doler. Duele no poder dar amor a quien se ama, y ver sufrir a quien te ama porque tú no lo amas. No creo que, como dice Agatón, sea tan magnífico que pueda introducirse en todas partes, penetrar en los corazones y salir del mismo modo, aunque si pienso que tiene su parte de razón. Con lo que sí estoy plenamente de acuerdo es con eso de que no hay amor si belleza, ya que en todo amor hay algo bonito, y si no viéramos lo bonito de las personas, no existiría el amor.








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